jueves, 30 de octubre de 2008

La caída de los "grandes hombres" de Wall Street

LAS DOS CARAS DEL SUEÑO AMERICANO
Esplendor y caída de los emporios de Wall Street


Es típico del siglo XX, y de nuestro siglo que lo continúa. Sus mitos y mentiras son tan universales que todo el mundo vive de ellos hasta que, de un día para otro, alguién los derrumba. A veces, para entrar en una pendiente que lleva a un abismo moral y social aún más profundo.

Hasta ayer, los pro-hombres de Wall Street eras los modelos a seguir para un infinito número de nuestros contemporáneos. "Cómo hacer dinero a lo largo de la vida" era el live-motif para casi todos los individuos que entraban al mercado laboral en las opulentas sociedades ocidentales. El incienso al "dios" dinero se quemaba -y se sigue quemando-en los cuatro ángulos de la tierra .... menos en los países donde la hambruna sigue siendo la moneda común.

Hasta hace poco, desde la universidad hasta la "escuela de la vida", se nos venía inculcando sin cuestionamientos que el ejemplo más fundamental a seguir en la vida era el de estos sátrapas del capital. Pero hoy la situación ha cambiado. Y muchos lloran. Pero lloran por el dinero, no por el estado de la humanidad.


* * *

Leamos el reportaje que XL Semanal, del ABC de Madrid, dedica -con nombres y apellidos- a algunos de los "grandes hombres" de Wall Street.

Construir un imperio económico es una ardua tarea para un sólo hombre. Casi tanto como hacerlo desaparecer en unos meses. Pero tenemos ambos ejemplos ante nosotros. Merrill y Lynch, los hermanos Lehman, Cornelius V. Starr o Morgan y Stanley forjaron el mito del sueño americano y levantaron las grandes corporaciones financieras del siglo XX. Ahora, esos imperios han hecho agua por la avaricia de sus sucesores. Éstas son sus historias.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que a este conjunto de sinvergüenzas de Wall Street los han forrado en plata, por irse a la casa.
A los deudores, a los ciudadanos honestos que laboran día a día para mantener su familia, ni un duro.
Maldito sistema. Disculpen, pero ¡espero que se pudra!

Roberto R.

Anónimo dijo...

Sinceramente .... yo también.

Andrea Valdovinos