martes, 28 de octubre de 2008

Así habló Zaratustra, texto de análisis



Así habló Zaratustra
Also sprach Zarathustra





(Textos para el análisis del artículo "Nietzsche: ¿Dios debe morir para que el hombre moderno sea libre?")


(1)
Prólogo de Zaratustra, 2


Zaratustra bajó solo de las montañas sin encontrar a nadie. Pero cuando llegó a los bosques surgió de pronto ante él un anciano que había abandonado su santa choza para buscar raíces en el bosque. (...) «¿Y qué hace el santo en el bosque?», preguntó Zaratustra. El santo respondió: (...) "alabo al Dios que es mi Dios".

Mas cuando Zaratustra estuvo solo, habló así a su corazón: «¡Será posible! ¡Este viejo
santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto!»



(2)
Parte I,
De la virtud que hace regalos, 3

El gran mediodía es la hora en que el hombre se encuentra a mitad de su camino entre
el animal y el superhombre y
celebra su camino hacia el atardecer como su más alta esperanza:
pues es el camino hacia una nueva mañana.


Entonces el que se hunde en su ocaso se bendecirá a sí mismo por ser uno que pasa al
otro lado; y el sol de su conocimiento estará para él en el mediodía.

«Muertos están todos los dioses: ahora queremos que viva el superhombre» - ¡sea
ésta alguna vez, en el gran mediodía, nuestra última voluntad! –


(3)
Parte II,
En las islas afortunadas

Dios es una suposición: mas yo quiero que vuestro suponer se mantenga dentro de los
límites de lo pensable.

¿Podríais vosotros pensar un Dios? - Mas la voluntad de verdad signifique para vosotros
esto, ¡que todo sea transformado en algo pensable para el hombre, visible para el
hombre, sensible para el hombre!
¡Vuestros propios sentidos debéis pensarlos hasta el
final!

Y eso a lo que habéis dado el nombre de mundo, eso debe ser creado primero por vosotros:
(...) Mas para revelaros totalmente mi corazón a vosotros, amigos: si hubiera dioses, ¡cómo
soportaría yo el no ser Dios! Por lo tanto, no hay dioses.

Es cierto que yo he sacado esa conclusión; pero ahora ella me saca a mí (...)
La belleza del superhombre llegó hasta mí como una sombra. ¡Ay, hermanos míos!
¡Qué me importan ya - los dioses! –


(4)
Parte IV,
Jubilado

«¿Qué sabe hoy todo el mundo?, preguntó Zaratustra. ¿Acaso que no vive ya el viejo
Dios en quien todo el mundo creyó en otro tiempo?»

(...) “¡Fuera tal Dios! ¡Mejor ningún Dios, mejor construirse cada uno su destino a su manera, mejor ser un necio, mejor ser Dios mismo!”»


(5)
El más feo de los hombres

El Dios que veía todo, también al hombre: ¡ese Dios tenía que morir! El hombre no soporta que tal testigo viva.»


(6)
Del hombre superior, 2
¡Mas ahora ese Dios ha muerto! Vosotros hombres superiores, ese Dios
era vuestro máximo peligro.

Sólo desde que él yace en la tumba habéis vuelto vosotros a resucitar. Sólo ahora llega
el gran mediodía, sólo ahora se convierte el hombre superior - ¡en señor!

¿Habéis entendido esta palabra, oh hermanos míos? Estáis asustados: ¿sienten vértigo
vuestros corazones? ¿Veis abrirse aquí para vosotros el abismo? ¿Os ladra aquí el perro
infernal?

¡Bien! ¡Adelante! ¡Vosotros hombres superiores! Ahora es cuando gira la montaña delfuturo humano. Dios ha muerto: ahora nosotros queremos que viva el superhombre.

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