¿La píldora también vale para las elecciones?
De cara a las próximas elecciones, un amigo nos ha hecho llegar la siguiente carta
que está difundiendo a los vecinos de su Municipio
Estimado vecino:
La defensa del derecho a la vida, no puede ser parcial o estar supeditado a un sector (...) La Concertación se ha mostrado como la paladina de la justicia, recordemos que durante su gestión, se abolió la pena de muerte, sin embargo, por otro lado, nos ha querido convencer, que el aborto no es un crimen, que no sería un delito lesa humanidad, ni una violación a los derechos humanos, ni siquiera sería una falta a la moral, sino, que se trataría de una opción de las personas, en especial de la mujer, basado en una especie de "derecho de propiedad" de la mujer sobre su propio cuerpo.
Pero, sus dirigentes, incluso los que se autodenominan cristianos (entiéndase, algunos "demócrata-cristianos"), se han olvidado que la propiedad de dar vida tiene un origen divino, y Dios, ha compartido este don maravilloso con el hombre, para ser administrado con responsabilidad, porque justamente se trata de un don milagroso.
Dios es el único capaz de dar la vida, y ha decidido compartir ese don con nosotros. La Concertación ignora a Dios, sólo cree en el poder del hombre por el hombre, en los límites basados en el consenso, le rinde pleitesía a un poder fugaz y efímero, frente a la grandeza del Creador.
Es por esta razón que el hombre debe actuar con responsabilidad, y para actuar con ésta, requiere ser educado, y la buena educación conlleva a la disciplina que exige la paternidad o la maternidad responsable.
Se equivocan aquellos que le otorgan el título de hombre o mujer a aquella persona que ya ha alcanzado la madurez sexual. El hombre es más que eso, es armonía entre alma y cuerpo, en consecuencia, debe actuar y someter sus deseos a los dictámenes de la razón, la cual, a su vez, manda actuar con responsabilidad, en especial cuando se trata de los predilectos de Dios; los niños.
Es por esto, que nuestro alcalde "el Cote Ossasandón", decidió no entregar la píldora del día después en los consultorios, porque sabe que es abortiva, y no le tuvo miedo al reproche público de aquellos que defienden la promiscuidad, sin responsabilidad, sin educación, y que por razones populistas llaman a actuar a la juventud desenfrenadamente, como si en sus propias casas aceptaran tales conductas.
Sin educación, sin disciplina, sin límites el hombre pierde su condición y se cree libre, y sin embargo es esclavo del vientre, la Concertación enseña y propugna que el hombre sólo tiene derechos y no obligaciones, en especial frente a Dios y sus semejantes.
Es por lo anterior, que apoyo plenamente la medida del Alcalde y la seguiré defendiendo, ya que de esta manera, contribuiremos a una educación sexual de verdad, basada en valores y responsabilidad, y no en promesas de libertinaje y promiscuidad sin límites, como lo hacen con fines populistas la mayoría de los miembros de la Concertación.
Estos últimos, a cada rato nos dicen que hay que entregar la píldora porque debemos ser realistas, pues bien, yo les digo, que habemos muchos que estamos cansados de agachar la cabeza en la trinchera del pragmatismo, y hoy queremos volver a ser idealistas, a creer en tareas titánicas, en imposibles de alcanzar.
Para el hombre que no cree en Dios, los límites están en el horizonte, hasta donde sus ojos sean capaces de ver. Para el que cree en Dios y su grandeza, el límite lo pone Dios, y el sólo se entrega a su voluntad, sin cuestionar donde quiere Dios que pare.
Ignacio Vío Barraza
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