¿Qué Más?
DOS GRANDES OMISIONES
Foto panorámica de "Libertad Digital"
Como se esperaba, una manifestación de un millón de personas abarrotó la Plaza Colón y sus alrededores, en un Madrid que amaneció frío, muy frío. Como para recordar esa garra gélida del socialismo por medio de la cual pretende ampliar en España la matanza de los inocentes nonatos.
El Cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, condenó explícitamente el aborto. Es cierto. Pero desgraciadamente también olvidó acentuar lo que a todas luces es esencial: que dicha condena la doctrina católica la formula no solo por razones de derecho natural, sino también, y fundamentalmente, por razones de derecho divino. Es a Dios, nuestro Creador y Señor, a quien España como nación ofende directamente a través del aborto. España, otrora una de las hijas predilectas de la Cristiandad.
Asimismo, echamos de menos también el que nuestras autoridades eclesiásticas -a diferencia del año pasado- no se refirieran claramente a las políticas sociales del gobierno que promueven este desaparecimiento masivo de seres humanos.
Permítasenos decir que con esta moda conciliar de que "no hay que atacar a nadie" nos quedaremos siempre a medio camino. Siempre habrá un "¿qué más?" que agregar a las iniciativas eclesiásticas. Lloraremos las derrotas porque no hemos sabido vencer. Porque hemos olvidado las palabras de fuego que salen del corazón ardiente que ama a Dios y a su prójimo.
¿Y los socialistas? Lo de siempre. Como era de esperar. Espetaron una respuesta que sólo puede provenir de ellos y de su progenie espiritual: "somos -es literal- los que más hemos hecho por la familia en España". Así lo dijeron. Así de simple. Así de ciegos. ¿Realmente lo creerán? Mientras exportan a la galería esas vanalidades auto-justificantes, preparan su nuevo proyecto de asesinato masivo que llaman aborto. Así ayudan a las familias españolas.... ayudando a matar.
Ante tales adversarios de la familia, ante tal nivel de ceguera de quienes programan el crimen del aborto, una multitud de un millón de personas está bien. Pero es insuficiente en las batallas del espíritu. Siempre lo fue. De ahí las santas invectivas de Nuestro Señor Jesucristo contra los adversarios de la fe, los fariseos, saduceos y herodianos, que narra el Evangelio. A quien hace mal, a quien quiere seguir pervirtiendo es necesario desenmascararlo, rechazarlo explícitamente, mostrando todas las razones que hay para ello, con energía, con énfasis, con ímpetu cristiano. Así lo hizo Nuestro Señor. Así lo esperamos de nuestras autoridades eclesiásticas. Así en el fondo lo esperaban el millón de personas, de familias venidas de toda España que se reunió ayer en la Plaza Colón.
Pero mientras se crea que la consigna de la suficiencia es "no atacar a nadie", estamos perdidos. Siempre habrá que preguntarse, "¿qué más?"
Como se esperaba, una manifestación de un millón de personas abarrotó la Plaza Colón y sus alrededores, en un Madrid que amaneció frío, muy frío. Como para recordar esa garra gélida del socialismo por medio de la cual pretende ampliar en España la matanza de los inocentes nonatos.
El Cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, condenó explícitamente el aborto. Es cierto. Pero desgraciadamente también olvidó acentuar lo que a todas luces es esencial: que dicha condena la doctrina católica la formula no solo por razones de derecho natural, sino también, y fundamentalmente, por razones de derecho divino. Es a Dios, nuestro Creador y Señor, a quien España como nación ofende directamente a través del aborto. España, otrora una de las hijas predilectas de la Cristiandad.
Asimismo, echamos de menos también el que nuestras autoridades eclesiásticas -a diferencia del año pasado- no se refirieran claramente a las políticas sociales del gobierno que promueven este desaparecimiento masivo de seres humanos.
Permítasenos decir que con esta moda conciliar de que "no hay que atacar a nadie" nos quedaremos siempre a medio camino. Siempre habrá un "¿qué más?" que agregar a las iniciativas eclesiásticas. Lloraremos las derrotas porque no hemos sabido vencer. Porque hemos olvidado las palabras de fuego que salen del corazón ardiente que ama a Dios y a su prójimo.
¿Y los socialistas? Lo de siempre. Como era de esperar. Espetaron una respuesta que sólo puede provenir de ellos y de su progenie espiritual: "somos -es literal- los que más hemos hecho por la familia en España". Así lo dijeron. Así de simple. Así de ciegos. ¿Realmente lo creerán? Mientras exportan a la galería esas vanalidades auto-justificantes, preparan su nuevo proyecto de asesinato masivo que llaman aborto. Así ayudan a las familias españolas.... ayudando a matar.
Ante tales adversarios de la familia, ante tal nivel de ceguera de quienes programan el crimen del aborto, una multitud de un millón de personas está bien. Pero es insuficiente en las batallas del espíritu. Siempre lo fue. De ahí las santas invectivas de Nuestro Señor Jesucristo contra los adversarios de la fe, los fariseos, saduceos y herodianos, que narra el Evangelio. A quien hace mal, a quien quiere seguir pervirtiendo es necesario desenmascararlo, rechazarlo explícitamente, mostrando todas las razones que hay para ello, con energía, con énfasis, con ímpetu cristiano. Así lo hizo Nuestro Señor. Así lo esperamos de nuestras autoridades eclesiásticas. Así en el fondo lo esperaban el millón de personas, de familias venidas de toda España que se reunió ayer en la Plaza Colón.
Pero mientras se crea que la consigna de la suficiencia es "no atacar a nadie", estamos perdidos. Siempre habrá que preguntarse, "¿qué más?"
1 comentario:
La manifestación estuvo grandiosa. Yo soy una defensora de la vida, sobre todo la del no nacido. Lo único que no entiendo es porqué se critica en esta página tanto a los curas. Sin duda ellos han organizado esta manifestación tan necesaria para la conservación y respeto por la familia. Porqué deben atacarlos? no me parece bien que se haga esto con una iniciativa tan buen. La iglesia católica es buena y por eso no anda buscando peleas, creo yo. Su bondad les hace perdonar a todos.
Patricia Urrutia J.
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