miércoles, 4 de febrero de 2009

EL SECRETO DE FATIMA.....

... y el Cardenal Bertone de visita por Madrid
(Julio Alvear Téllez)


Su Eminencia, el Cardenal Tarcisio Bertone se encuentra en Madrid. Es el segundo hombre del Vaticano. El Secretario de Estado de Su Santidad. Y, sin embargo, no sentimos esa alegría que debiéramos tener ante la llegada de tan alta autoridad de la Iglesia, que se supone nos visita para aligerarle la carga -ya bastante pesada- al catolicismo español, que a cada momento tiene que sufrir una y otra vez la avanzada de combate de la izquierda anticlerical.

Según los más observadores, Su Eminencia viene a procurar algo con las autoridades del gobierno para impedir la futura ley de aborto (que faculta el asesinato sin restricciones de criaturas de hasta los 14 o 16 meses), que están promoviendo -era que no- los "expertos en humanidad" del socialismo laico en el Congreso.

Quizás realmente Su Eminencia venga por una buena causa. Talvez no venga simplemente a negociar -como lo ha hecho en Cuba, con el consiguiente semi-espaldarazo a la tiranía castrista- sino a exigir, sin tanto espíritu de diálogo, el respeto del derecho natural y de la Ley de Dios.

Pero no hay caso. Aunque así sea -ya lo veremos- no podrá salir de nuestros labios ni un solo elogio, ni a su talante, ni a su diplomacia, ni a sus palabras. Cada vez que lo vemos, cada vez que lo sentimos, se viene a nuestra memoria la secuencia interminable de sus malabarismos para sepultar el mensaje profético que la Madre de Dios anunció en Fátima, a la Iglesia y al mundo.



Sus intervenciones vergonzosas con Sor Lucía, la última vidente de Fátima, los años antes de su muerte...

Su intento de injerencia en la RAI para negar que el Cardenal Albino Luciani, un años antes de ser elevado a la Cátedra de Pedro con el nombre de Juan Pablo I, se había entrevistado con la célebre monja....

Su propósito de desprestigiar a los escritores católicos que en Italia solicitaron a Benedicto XVI que, por amor a la Iglesia, revelase el Tercer Secreto de Fátima, pues lo publicado el año 200o como tal -merced a las astucias y argucias del Cardenal Bertone, en ese entonces secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe- no estaba íntegro.

Junio, año 2000. Revelando, ante la prensa internacional, lo que entonces se dijo que era el Tercer Secreto de Fátima

En fin. No tengo intención de mostrar el iceberg, solo muestro su superficie.

¿Por qué? Porque pensamos que lo que más le preocupa a Su Eminencia, no es que se conozcan los detalles de su actuación, sino que se debata sobre la apostasía dentro de la Iglesia después del Concilio Vaticano II, prevista, según todo lleva a creer, en el Tercer Secreto de Fátima.


Pero, Su Eminencia sabe, que no se juega con un mensaje venido del Cielo. Tocar lo que pertenece a la Madre de Dios, es tocar cables de alta tensión. Los secretos de la justicia de Dios están guardados ahí. Tardan, pero se cumplen.

Por eso, todos los Papas a lo largo del siglo XX, a quienes corresponde guiarnos, en la medida que conocieron el Mensaje de Fátima, mostraron honda preocupación por él. Incluso, en el mismo Concilio Vaticano II, en el Discurso de clausura de la Tercera Sesión, Pablo VI, a nombre de toda la Iglesia, quiso prestar homenaje a Nuestra Señora de Fátima.

Pero mientras tanto, un gran mal se ha hecho a toda la Iglesia, porque a partir del año 1960 -fecha indicada por la Virgen- no se reveló el Tercer Secreto, sino que se ordenó que se guardara silencio sobre él. Y cuando el año 2000, la Santa Sede decidió publicarlo, (y Su Eminencia lo sabe más que nadie) se siguió ocultando el manuscrito principal.



Por eso, no nos alegra la visita de Su Eminencia. Nos recuerda de forma demasiado viva los compromisos de algunas altas figuras de la actual Estructura Eclesiástica para silenciar a la Madre de Dios. ¿Creerán realmente que ese silencio de la divina María será para siempre?




Civitas Altissimi,
Porta orientalis
in te est omnis gratia,
Virgo Singularis.


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