lunes, 2 de febrero de 2009

Darwin y el mono en problemas.

Más de la mitad de los británicos
dice SÍ al creacionismo
Uno de cada tres encuestados piensa
que no debiera enseñarse la teoría de la evolución

Darwin en uno de sus últimos retratos


Desde sus inicios, la teoría de Darwin tuvo que enfrentarse con el sentido común popular y la razón de los espíritus pensantes que no se tragaron el cuento del mono y otras especies. Por ello, los agentes de la Revolución impulsaron en los Estados contemporáneos la obligatoriedad de su enseñanza, cual si fuera un dogma de las ciencias naturales, escondiendo por detrás de las hipótesis científicas una tesis filosófica: que Dios no existe, ni se le puede encontrar.

"Más de la mitad de los británicos cree que la Teoría de la Evolución no puede explicar la complejidad de la vida en la Tierra y tiene que haber intervenido un «diseñador»inteligente, frente a un 40% que opina lo contrario, según se desprende de un sondeo del instituto demoscópico ComRes entre 2.060 adultos, publicado ayer (domingo 1 de febrero) por «The Daily Telegraph».

El sondeo, que revela que uno de cada tres ciudadanos cree que Dios creó el mundo en los diez mil últimos años, reavivará en este país el debate en torno a la evolución y el llamado creacionismo, como ya lo ha hecho en Estados Unidos. Precisamente 2009 es el Año Darwin, se celebra el doscientos aniversario del nacimiento de Darwin. El biólogo evolucionista y ateo profeso Richard Dawkins -cuya competencia en algunos ámbitos de la ciencia experimental es paralela a su ignorancia en filosofía y a su estulticie en psicología social- comentó a propósito de ese sondeo que muestra un nivel preocupante de ignorancia científica (sic) entre los británicos.



Según una encuesta entre profesores de ciencia, uno de cada tres cree que debería enseñarse el creacionismo en las clases de esa disciplina, paralelamente a la Teoría de la Evolución. Michael Reiss, biólogo y clérigo anglicano, se vio obligado a dimitir el año pasado de su puesto de director de educación de la Royal Society tras apoyar esa idea.

A pesar de las sanciones -tan poco científicas- que ciertos círculos adictos a la evolución imponen a los científicos que denuncian los infundios del evolucionismo, el debate en perjuicio de este último no ha hecho más que crecer en los últimos años.
(Artículo del ABC de Madrid, 2 de febrero del 2009. Lo que no está en cursiva son comentarios que pertenecen a nuestro Blog)
Dios nos libre de descender del mono y de la ameba,
y de la estupidez convertida en tesis científica.