martes, 6 de octubre de 2009

Obama: el "progresismo" en problemas

EL "METEORO" OBAMA
(Luis Dufaur)
(Artículo extraido de la revista brasileña "Catolicismo, edición on line de octubre del 2009)
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Bólido? Meteorito? Estrella fugaz? Angel caído? Qué imagen ilustraría mejor la trayectoria de la presidencia de Barack Hussein Obama?
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Obama entró en el escenario político como un astro poco conocido. Iluminado por la midia, su brillo fue inusual. Mas también fue poco común la rapidez con la que comenzó a apagarse. Ahora,
entre en fricción a toda velocidad con el duro suelo de la realidad
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“Obama está viendo que sus promesas se vuelven cenizas”, afirma el “The Wall Street Journal”, que constata “audiencias populares airadas, caída en el índice de aprobación y creciente oposición a su propuesta de reforma del sistema de salud”; y concluye: “Creciente número de americanos está volviéndose contra el presidente, inclusive electores que él conquistó durante la campaña”.(1)
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Obama parece haber adquirido características de anti-Tifón: todo parece pegar en él. El caso de los “paneles de la muerte” es típico. El presidente quiere implementar la reforma del sistema de la salud, contenida en cinco proyectos que llenan aproximadamente 2.000 páginas. La oposición extrae de un párrafo impreciso la sospecha de que el proyecto creará “tribunales de la muerte”. Cuando el usuario alcance cierta edad, tales “tribunales” decidirían si él merece vivir o le serán negados auxilios para la supervivencia. Imagínese el lector yendo a un hospital para oír tal sentencia...
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La sospecha asustó el público. Enfermos y no-enfermos quedaron apavorados. Para calmarlos, los congresistas demócratas intentaron explicar el proyecto en reuniones públicas en los ayuntamientos. El resultado fue el caos: ancianos cansados, carteles incendiarios, desorden, agresiones verbales, intervenciones policiales. En un discurso del Presidente en Arizona, un elector, amparado por la ley estatal, compareció al evento llevando un fusil automático en la espalda, en señal de desagrado. Acusaron también al proyecto de financiar el aborto. La reforma de la salud se transformó así en guerra ideológica. Proliferaron carteles, panfletos, clips, actos y marchas públicas con frases y dibujos agresivos: “Obama socialista”; “Obama comunista”; Obama con el bigote de Hitler, con la boina del Che Guevara o en cartel “soviético” con caracteres cirílicos.
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Delante de la reacción, el presidente moderó el proyecto, prometiendo incluso que la reforma no financiaría el aborto. Pero eso atizó el incendio en su propia casa. Paul Krugman, uno de los incondicionales defensores del “meteoro” Obama “está sorprendido con la reacción furiosa de los progresistas”(2) airados con tales concesiones.
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Hace pocos meses, Obama era tenido como una especie de mesías, el dios ex-machina destinado a superar la polarización ideológica que, en buena medida, paraliza la marcha revolucionaria mundial. Pero ahora se ha transformado en un factor radicalizador de antagonismos.
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Por otro lado, puestos-claves del gobierno no han sido aún llenados. Por ejemplo, los relativos a América Latina y a la embajada en Brasil. Pesan aún los escándalos de los funcionarios nombrados por la actual Administración que han acabado renunciando inmediatamente. Van Jones, consejero en política ambiental, dimitió después de actos groseros en el ejercicio de sus funciones.(3) Otros nombramientos no fueron ratificados por el Senado, no obstante el gobierno tener mayoría.

Más síntomas de polarización
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En agosto, una investigación de la Gallup alertaba que Obama “no sólo tostó todo su capital político, sinó que entró en rojo”.(4) Las amenazas al jefe de Estado americano crecieron un 400%, según el estudioso Ronald Kessler. La perspectiva es inquietante en un país donde hubo tantos atentados a Presidentes. La audiencia de la emisora conservadora Fox subió un 24%, de la progresista MSNBC un 10%, mientras la centrista CNN perdió un 22%, según el instituto de investigaciones Nielsen.(5)
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Los tres libros en la cabeza de la lista de best-sellers de no-ficción del “New York Yimes” son de materia política y conservadores. Entre los diez primeros no hay ninguno de autor izquierdista.(6) Por lo menos 790.000 ciudadanos se reunieron en “tea-parties” (así denominadas en alusión a la destrucción de fardos de té británico, como protesta contra los impuestos, que sirvió de mecha para la guerra de independencia) en incontables ciudades, para clamar contra los nuevos impuestos. Es un ejemplo más del fenómeno anti-Tifón. La perspectiva de aumento de impuestos indispuso anchos sectores de la opinión americana contra el gobierno demócrata.(7)
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Septiembre de pesadilla
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Si agosto fue malo para Obama, septiembre se volvió una pesadilla. El astro cadente intentó comenzar bien el mes con un discurso que fue reproducido en las escuelas con ocasión del inicio de las clases. Sin embargo, padres y madres asustados denunciaron “al nuevo Sadam Hussein”, “Kim Jong-il”, “Stalin” o Big “Brother” que desea adoctrinar a sus hijos en el sentido socialista y alejarlos de la influencia familiar!(8) El presidente reculó realizando un poco expresivo speach.
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En el Congreso, en solemne sesión de las dos cámaras legislativas, se hizo la apología de la reforma de la salud, visando “revertir la marea de baja popularidad”:(9) “Acabó el tiempo de disputas, ya no hay tiempo para juegos”, dijo Obama. Pero, al afirmar que el plan no preveía cobertura para inmigrantes ilegales, se oyó: “Mentiroso!”(10) Fue la exclamación de un congresista republicano, algo muy grave para diputados en el país. Se hizo un engorroso silencio, inmediatamente interrumpido por las palmas de varios demócratas.
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Tres días después, una auténtica marea humana invadió los alrededores del Capitolio, portando carteles en el estilo “Obama socialista”. Los grandes medios de prensa taparon el sol con el dedo. El “New York Times” constató sólo “miles” de manifestantes; el “Washington Post”, menos irrealista, “decenas de miles”; y esos fueron los números difundidos, sin análisis crítico, por los grandes periódicos brasileños. Para los organizadores, sin embargo, comparecieron 1,5 millón de personas. Después de conferir fotos de satélites, la estimativa final quedó por encima de 850.000. Por lo tanto, puede ser considerado un acto histórico. La manifestación patentó el grado de galvanización y la amplitud de la reacción. Manifestantes de casi todos los estados repudiaron un vasto abanico de iniciativas gubernamentales, de la reforma de la salud a los impuestos, mientras otros defendieron la vida, la familia y la religión atacadas por la política del “meteoro”.(11)
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El impacto de la estrella cadente con el conservadurismo americano está siendo impresionante. Cual será el resultado de todo esto? Cuando los temblores resultantes del choque amainen, podremos saber se Obama perpetuará su hegemonía, o si, sacudido por las fuertes reacciones, su figura quedará rajada. Es difícil prever lo que sobrará de las legiones de espíritus izquierdistas, que engrosan la estela del “meteoro” Obama.
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(La Traducción es nuestra)

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